viernes, 3 de julio de 2009

III Carta del caminante al chileno

¡Hola Moro!
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¿Qué tal sigue tu aventura por tierras chilenas? Espero que todo continúe igual de bien que hasta ahora. Seguro que es así. Mucho curro, algo de fiesta, buenos momentos y mejores amistades. Con ese balance más no puedes pedir. Parece que fue ayer cuando te marchabas y ya falta poco para que hagan dos meses de tu partida.

Por aquí todo sigue igual, o casi. El verano ha entrado con fuerza. El calor aprieta. Los chicos de la cosecha ya andan dale que te pego. Imagínatelos. Esperando como ilusos a que llueva algún día en sanfermines para poder ir o rezando para que no llueva y hayan acabado para entonces. No saben ni lo que quieren, pero se les nota que están a gusto y se lo pasan bien.

Mi hermanico Íñigo, nuestro Iván, Ioseba y el Panatas llegaron antes de ayer de Cádiz. Se lo han pasado teta por Conil, el cabo Trafalgar, Tarifa... ayer estuvimos viendo las fotos en el ratico nocturno de la fresca, fuera de la sociedad. Menudas caruchillas en alguna, ya sabes cómo se las gasta Jon: descolorido raso con África detrás (fotazo).

El Pira, pobre, parece que se va recuperando poco a poco después de la voltereta que se metieron él y Pizo. Ya se anima a acercarse al bar un rato con la muleta. Eso sí, ha cambiado la cerveza por el biosolán de manzana. Algo es algo.

Por mi parte contarte que desde el pasado sábado ya soy un lisensiado. Un día muy bonito el que vivimos. Por la mañana aperitivo en la uni, comida con la familia: abuelas (Crescen y Carmen), padres (Román, María Luisa, Ricardo y Mari Jose) y el firmante. El pájaro de Iñiguín estaba, como te he comentado, en Cádiz. Ya me aviso: "¿Tu licenciatura?, como si quiere ser tu boda. Yo me voy igual igual, que tú harías lo mismo", me dijo. No le faltaba razón.

Así que nada, una vez terminado el curso y la carrera, ya sabes qué toca. A currar el veranico en el periódico. Bien bonito. Este año, en vez de Estella me han colocado en Pamplona. Y tan contento. He cogido los bártulos de Oteiza y me he venido a vivir a Cizur, al piso viejo del tío Benja y la tía Pili. Está de maravilla, con todo a tiro de piedra. La única pega es que ando sin auto y me toca bajar al DN en bicicleta. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, mejor para mi rodilla. Cuando vuelvas ya te pasarás un día. Invitado quedas.

Y nada chilenillo, aquí te dejo hasta la próxima misiva. Espero no tardar tanto en volver a escribirte como esta vez. Ya lo siento campeón.

Ondo segi. Muchos abrazos míos y de todos los demás. Nos vemos pronto.

PD: A ver si eres capaz de deducir quién soy yo en la orla.

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