Prometí

Prometí retomar esta bitácora cuando llegara México. Y aquí estoy, dispuesto a cumplir mi palabra. Mucho tiempo ha pasado de la última entrada. Puede que demasiado. Y no son pocas las personas que me echan en cara este silencio tan prolongado. Familiares, amigos, conocidos... espero que a partir de ahora podáis seguir mis andanzas a través del blog.

Deciros que ya he llegado a México. Dejé atrás cuatro fructíferos años en Diario de Navarra en Estella y Pamplona y me encamino hacia nuevas experiencias personales y profesionales con toda la ilusión del mundo. De momento, deciros que estoy feliz. He llegado a un país que me ha acogido con los brazos abiertos gracias a una persona con nombre y apellidos: Ixchel Ledesma Guadarrama. Ella es el motivo por el que he cruzado el charco y de momento no puedo sentirme más satisfecho de haber tomado esta decisión.

León y Adrián, mis compañeros de casa, son de lo mejor. Muy buena gente, que decimos nosotros. Muy buena onda, que dicen por aquí. Vivo en un barrio humilde de casitas adosadas que rebosa vida por los cuatro costados. Yo no conocí la España de los 60´, pero creo que no dista mucho a lo que veo en León de los Aldama, la ciudad en la que vivo. Los míticos escarabajos que tan difícil son ya de ver por España aquí los encuentras en cada esquina. Lo mismo que los puestos de comida callejera. Te puedes comer un taco en cada cuadra. Mmmmm, salivo sólo de pensar en las enchiladas, arracheras, birrias... . Aquí todo sabe riquísimo. La ciudad es grande, como un millón y medio de habitantes, pero uno no tiene la sensación de residir en una gran urbe, pues se expande en kilómetros y kilómetros de casitas y apenas hay pisos.

En lo laboral, de momento tranquilidad. Primero toca conocer la ciudad, hacernos con ella y sentirla nuestra. En ello estamos. Seguiremos informando... . Hasta entonces, como diría mi buen amigo el antihéorea. Salud y aventura.