lunes, 7 de junio de 2010

La familia del 6ºA

Harta de Pamplona se encontraba Ixchel Ledesma, a la izquierda, cuando la conocí. Asomada a su terraza del 6ºA, esta estudiante mexicana, de Erasmus en Pamplona desde enero, compartía con el vecindario su odio por esta ciudad . Era la una de la madrugada y los gritos rebotaban en todas las fachadas de los edificios cercanos. No le faltaban razones. Días antes se estrellaba literalmente contra la cristalera de un supermercado cercano, dejándose el tabique en el suceso y, saben como funcionan los seguros, la burocracia había podido con ella.

Sorprendido ante los gritos de "I hate Pamplona", "Shit Pamplona", me asomé a mi terraza del 4ºA, dos pisos por debaje, y miré hacia arriba. Echando mano de la mejor versión de mi inglés garrapatero, no fui capaz de decir mucho más que un "Hey, what´s the problem?". Horroroso. Menos mal que mi entrada en escena cambió su humor y, entre risas, contestó en castellano. Me ahorré hacer el ridículo por más tiempo.

La manera en que nos conocimos fue, ambos lo reconoceremos siempre, casual, algo grotesca y surrealista, sí. Pero no me digan porqué, nos caímos bien al instante. Conversamos, algo así como veinte minutos. Figúrense la situación: asomado en el 4ºA mirando hacia arriba, jugándome una tortículis de caballo, y ella haciendo lo propio hacia abajo, algo más cómoda, supongo, hablábamos sobre qué le sucedía para ponerse a vociferar a las tantas de la noche. Ahí quedó.

Más o menos una semana después, regresaba de trabajar un domingo por la mañana. Tras comer en el piso, y antes de bajar al periódico por la tarde, me dije: "Voy a hacer una visita a mi vecina". Toqué, abrió, me reconoció al instante y, pasado ese primer momento de vegüenza, comenzamos a charlar como si nos conociéramos de toda la vida.

En la segunda impresión, la primera ya no contaba, me pareció una chica guapa, inteligente, lista, trabajadora y agradable. Esta mexicana, natural del DF pero residente en León (México), me contó que cursaba estudios de Gestión Cultural, trabajaba sin cobrar un duro en el Museo Oteiza de Alzuza y convivía con dos polacas (Justyna y Amelya) y una estadounidense (Alexa). Todas fenomenales. Pronto también nos caímos bien y pudimos hacer buenas migas. Cuando terminaba de trabajar, me pasaba por su piso y tenía la oportunidad de practicar mi penoso inglés. Creía viajar subiendo dos pisos en ascensor.

Al poco les dije que no sabía cómo, pero que tenían que aparecer algún día en el periódico. Adam Jones fue la excusa perfecta para que todo Navarra pudiera ver lo guapas y lo buena gente que son mis vecinas. Un canadiense, recién llegado de China, realizaba el Camino de Santiago sin albergues, de casa en casa, y se alojaba con ellas. Era la oportunidad perfecta. Logré reunirlos a todos, les saqué la foto de abajo y contamos su historia.


Yo me llevaba bien con todas, pero con la que más empatía tuve siempre, quizá fuera por el idioma, fue con Ixchel. Yo le contaba mis peripecias en el trabajo y en la vida, le animaba a visitar Navarra, a conocer otros lugares, a no quedarse simplemente en el piso o dedicarse en exclusiva a salir por ahí con el resto de Erasmus. Y ella me contaba lo intensa que era su vida aquí, la cantidad de cosas que le ocurrían a diario o lo enamorada que estaba de un mochilero australiano que conoció en Chiapas y con el que a diario conversaba vía Skype (teléfono gratis por Internet).

Cosas de la vida, Keegan Smith, que así se llama el australiano, después de recorrer con su mochila a cuestas literalmente medio mundo, decidió coger un avión en Bogotá y presentarse en Pamplona, previa escala en Barcelona, sin avisar. La cara de sorpresa e ilusión de Ixchel al verlo no hay mil líneas que la describan. El chaval, abajo un domingo que lo saqué a pasear, es excepcional, a la altura de la chica. Y la historia, ya la conocéis, novelesca. El seis de agosto ambos retornarán a México, dejando una huella imborrable en mí. Pero antes debemos aprovechar los dos meses cortos que nos quedan.


Sobre todo Ixchel, pero también Keegan, Amelya, Justyna, Alexa e incluso Adam, gracias por haberos conocido, por cruzaros en mi vida y hacer un poco más amenos los días de trabajo por Pamplona. Gracias por abrirme la mente, mejorar mi inglés y tratarme, más que como un vecino, como alguien de la familia. GRACIAS DE CORAZÓN.

9 comentarios:

  1. Menudos bombones de vecinas. Y parecía tonto cuándo lo compramos...

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  2. TE AMO PINCHE VECINOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ATT IXCHEL¡¡¡

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  3. Nice one mate! Love the photo! You're a good writer. Always nice to make news too!
    Keegan

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  4. Si es que... tienes un corazón que no te cabe en el pecho, oteizano chicano. Eres grande y por eso te pasan estas cosas. Un fuerte abrazo, hermano Javier. A ver si nos vemos pronto, que ya nos vale.

    Ariglia

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  5. que buena historia y que forma de escribirla, ixchel, es la mejor y se merece justamente eso,lo mejor, gracias tío por ser su compañero de vida, parece q la aprecias mucho!

    muchos besos, yo soy tu otro tu, siempre!

    Atte. Nelly =)

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  6. Bonita historia felonidas...

    Delos

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  7. Nadie lo pudo haber contado mejor que su vecino! Como me hubeira gustado verla enojadisima ese dia y gritando y me hubiera encantado ver su cara cuando Keegan llegò, ya los estamos esperando en Leon!!!!!!!!!!!! y con leer esto me entraron como ganitas de llorar jajajajajajajaja

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  8. Mira nada mas esta chica surrealista glamureando libre por coyoacan, te adoro con mi corazon, porque de entre la gente loca que conozco (y todos los que quiero son locos, o lo aceptan que es lo mismo) tu te ganas un premio. ixchel volcan de rosa galardonada como una de las fuentes incontenibles de amor mas grandes que conozco

    Un grandisimo abrazo
    allan

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  9. hola
    me encantó tu historia pero tengo una pregunta común:
    ¿cuántas veces t la follaste?
    digo se veía unachica linda y libre. solo por curiosidad.
    Saludo y me encantó tu historio.,

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