lunes, 2 de septiembre de 2013

Perth: new life


Tres meses largos han transcurrido ya desde que el 11 de mayo aterrizase en Perth, la capital de Western Australia, y hoy, lunes 2 de septiembre, parece buena fecha para hacer balance de este tiempo vivido al otro lado del mundo. Lo primero, decir GRACIAS a toda la gente que ha hecho posible este viaje y a todos los que han formado parte de esta imborrable experiencia. Una más en el camino tras México, Malta, EEUU, México de nuevo y Barcelona. ¿Qué vendrá después? ¿Quién sabe? Eso es lo bonito de la vida: vivirla, y el viaje. Porque el mañana llega pronto hemos de disfrutar intensamente del momento, del lugar y de la gente que nos rodea hoy. Vamos a comenzar por lo realmente importante, lo perenne. Como siempre, nada de esto hubiese sido posible sin la ayuda de mi familia. A veces resulta complicado vivir durante tanto tiempo alejado de la gente que quieres y te quiere, pero hoy la tecnología nos ayuda a salvar las distancias. El mail y el skype se alían para transformar en cercanía la distancia. Íñigo, María Luisa y Román, y también la abuela Carmen, todos los tíos, primos, Mari Jose, Ricardo... gracias por estar siempre ahí cuando se os necesita. Sois el mejor regalo y espero volver a casa en el futuro para disfrutar de vuestra compañía, reñir, reír, llorar, crecer y volver a vivir el día a día a vuestro lado. 


Qué decir de mis amigos. Iván, Morentin, Mikel, Ioseba, Iker, Jon, Julen... También siempre presentes. El grupo kodiguero del 'guasap' me da la vida, me hace reír y me permite sentiros bien cerca. Esos audios que nos enviamos llenan momentos concretos de felicidad total, nostalgia pasajera y me hacen sentir el valor inmenso de la verdadera amistad. Y junto a los de Oteiza, los de siempre, los de toda la vida, los que se van sumando en el transcurso. H, Pina, Txou, Delos, Arilla y tantos y tantos otros buenos amigos que nos va brindando la vida. Mentiría si dijera que no extraño pasar el verano, mi invierno aquí, de aquél lado. Sanfermines, fiestas de Estella, de Oteiza, de Los Arcos, esas escapadas a Ondarroa, un paseo por Urbasa, una subida a Montejurra, una rodada en bici por los caminos de la solana, un chapuzón en la piscina, unos zuritos en la soci, unas cañas en el Out, una vuelta por la Bardena, un paseo por Opacua... Hay tiempo para todo y para todos. Pequeños grandes placeres. Se os echa de menos a todos y cada uno, pero estoy seguro que volveremos también a encontrarnos y brindaremos juntos por lo vivido y lo que nos queda por delante. Un gran olé por vosotros. Se os quiere, se os echa de menos...


Con este bagaje, con este tesoro, llegamos hasta Australia, hasta Perth, hasta Scarborough, hasta Lexis, hasta la Student House. Esa casa en la que cada semana llegan y se van japoneses, koreanos, suizos, portugueses o brasileños. Ricardo, Paola, Marc, Ben, Lucy, Julia, Smith, Key... Una casa que ya siento como un hogar. En este momento, desde hace unas cuantas semanas, ya soy el más 'viejo' de estas paredes. Es un placer guialos cuando llegan y un pequeño vacío decirles adiós cuando se marchan. Ya formáis parte del imaginario de este viaje. Juntos hemos vivido momentos de todo tipo, compartido estudios y disfrutado de esta ciudad, sus gentes y lugares. Permaneceréis en mi retina para siempre. Hay quien disfruta del viaje consumiendo fotografías y lugares turísticos. Para mí Australia y Perth sois vosotros. No necesito fotos delante de la ópera de Sidney ni visitar los lugares más emblemáticos de esta gran isla. Me bastará con recordar vuestros gestos, nuestras charlas y cada una de vuestras sonrisas. Sois únicos. Gracias por cruzaos en mi vida. 


Los 'neighbours'. Tom, el fontanero; Zach, veterano de la guerra de Afganistán con 23 años; Luke, ese rubio que pone dinamita en las minas que rodean la ciudad; y Steve, el mecánico. Qué grandes tipos. Gracias por recibirme siempre con los brazos abiertos en vuestra casa. Esa escalera para que pueda saltar la valla dice más de lo que sus escalones pueden hablar. Recita hospitalidad y emana humanidad y cortesía. Fuisteis auténticos desde el primer día y lo seguís siendo. Sois mi verdadera conexión con la Australia más real. Vuestra amistad es uno de los grandes tesoros que me llevaré de vuelta el día que regrese a mi pueblo. Empezasteis murmurando en una jerga incomprensible pero ahora me basta con mirar vuestra cara para saber qué es lo que queréis decirme. Me hacéis sentir parte de vuestro grupo de amigos y eso para mí guarda un valor incalculable. Siempre seréis bien recibidos si os decidís a emprender un viaje por aquellos lares. Tengo la sensación de que unos sanfermines nos esperan. Cambiaremos la budweiser por el kalimotxo y la sangría, y seremos tan felices como lo somos ahora. 

Y, por último, pero no lo menos importante ni mucho menos, Manami Kudo. Esta japonesa con la que comparto buena parte de mi tiempo libre. Sí, yo sé, ya me vale, que después de una mexicana y una colombiana llegue una japonesa ya parece un chiste, pero qué le vamos a hacer. Me tiene : ) Su sencillez, su humanidad, su saber estar, su mano en la cocina, la manera tan especial que tiene de tratarme... Vamos, que estoy muy agusto y feliz con ella. Uno de los grandes tesoros de esta nueva vida. No sé adónde nos llevará el futuro, probablemente a mí hasta Oteiza y a ella hasta Nagoya, pero que nos quiten lo bailao. Yo me centro en disfrutar el día a día con ella aquí en nuestra casa y si soy feliz hoy es todo cuanto puedo pedirle a la vida. Manami, tú me ayudas a ser feliz y mejor cada día, y por eso siempre te estaré muy agradecido. Un beso sweetie!

Ah, y también tengo tiempo para estudiar y trabajar ; ) Gracias a todos mis profesores y compañeros de Lexis y a mis colegas de Zapatas Mexican Latino Restaurant. También allí me siento como en casa.

Volveremos. Ser buenos hasta entonces. O mejor, ser rabiosamente felices. Se os quiere. Gracias a todos por todo, espero que la espera haya merecido la pena. Besos!





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