miércoles, 9 de enero de 2013

Operación E


Las pasadas navidades compartí muchos ratos con mis padres, pero recuerdo uno con especial cariño. La fecha, el 2 de enero pasado, alumbraba una efeméride importante para la familia. 30 años antes las dos personas que me llevaban al cine se habían dado el 'sí quiero' en la iglesia de mi pueblo. Celebración discreta: cena más cine con el primogénito. Comimos algo en la Plaza Yamaguchi y fuimos a sus cines. Entre las posibles opciones destacó la para mí enseguida 'Operación E'.

Basada en hechos reales, tal como recoge la sinopsis de la web oficial. "Una mujer secuestrada por las FARC (Clara Rojas en la vida real) da a luz un niño (Emmanuel) en medio de la selva colombiana. En el momento del parto, la guerrilla le arrebata el bebé y se lo entrega a Crisanto (Luis Tosar en la película), un modesto agricultor que sobrevive en la jungla con su mujer, sus cinco hijos y su suegro, un curandero indígena. Crisanto deberá hacerse cargo del niño bajo amenaza de muerte, pero el pequeño está gravemente enfermo. Toda la familia se vuelca para salvarle la vida, que es también la suya. Su lucha sin descanso les llevará río abajo sorteando toda clase de adversidades, desconociendo qué se esconde tras el interés de la guerrilla por el pequeño y quién realmente podrá ayudarles o espera traicionarles".

El estreno de la película no ha estado exento de polémicas. Clara Rojas ha interpuesto una tutela para tratar de impedir la difusión de la cinta en suelo colombiano alegando el derecho a la intimidad y al honor suyo y de su hijo, tal como recoge este entrevista de la revista Semana. Además, la su visión de los hechos no casa con la de José Crisanto Gómez Tovar, la persona real a la que da vida en la película Luis Tosar. Crisanto fue liberado poco antes del estreno -absuelto de sus cargos- tras permanecer cuatro años en la cárcel por el supuesto secuestro de Emmanuel. 

Les dejo las declaraciones de Luís Tosar, actor y productor sinónimo a mi juicio de buen cine, que se recogen en el dossier de prensa de la película, junto a hechos, protagonistas, entrevista al director Miguel Courtois, reparto, ficha técnica o recortes de prensa de aquellos sucesos: 

"Existen muchos tópicos en este mundo que llamamos industria del cine, pero quizá uno de los más socorridos, al menos desde el punto de vista de los actores, es afirmar que te enamoraste del guión desde la primera lectura.No sé cuánto de verdad hay en esto cuando lo dicen otros, ni siquiera sé cuánto de verdad había cuando yo mismo lo dije en alguna ocasión y tampoco estoy seguro de que enamorarse de un guión sea algo humanamente posible, pero de lo que  sí estoy plenamente convencido es de que hay determinadas historias, pocas, que se aferran a ti en un lugar tan profundo y sincero que hacen que las acompañes a dónde quiera que vayas.

“Operación E”  no es sólo una película, es una carga de profundidad. Cuando la encontré venía con ganas de quedarse, con ganas de que los que entrasen ahí lo hiciesen porque el cine, a veces, es algo más que hacer películas, es contar algo que no tenemos ganas de saber, es decir a voz en grito que el mundo, por más que nos empeñemos en negarlo, es un lugar muchas veces injusto y cruel y que alguien (en esta ocasión muchos) tiene que hacerlo.El cine, por fortuna, aún conserva esa capacidad de denuncia casi intacta. Cuando la televisión y los medios de comunicación en general nos aturden, a veces por exceso de información y nos dejan impasibles e indolentes ante la realidad del mundo, una película puede tener la facultad de despertar, a través de sus personajes, la reflexión y la empatía ante el dolor ajeno. 

El cine nos regala víctimas terribles pero también héroes circunstanciales que nacen de la pluma del guionista inspirada por una realidad dura como la piedra. De ahí surge José Crisanto, el protagonista de nuestra historia y de su propia vida. El hombre que me tocó interpretar, el personaje con mayor dificultad de todos a los que me he enfrentado.Creo que nunca me había puesto tantas zancadillas a mí mismo a la hora de abordar un proyecto. Supongo que el terror que me producía llevar a carne y hueso un personaje que representa la realidad de cuatro millones de desplazados en Colombia venía de la responsabilidad que eso conlleva y que ahora, después de unas cuantas penurias, agradezco profundamente.

Fue un acercamiento duro, yo no soy colombiano y pensar en reproducir un acento es siempre una tarea arriesgada para un actor. Hacerlo además encarnando a un personaje real es doblemente delicado. No voy a contar los procesos internos que sufrí o que yo mismo provoqué porque creo que eso es parte del oficio y lo que realmente importa es lo que haya quedado después, pero sí os diré que todos los miedos que surgieron, todas las dudas que se plantearon y todas las fantasías de que hubiese un desastre mundial que impidiese que me enfrentara al personaje, se disiparon en cuanto se dijo acción por primera vez y constaté que aquello de lo que tanto habíamos hablado durante más de dos años era real y ya caminaba solo.

Porque, insisto, creo que hay historias que saben que tienen que ser contadas y por eso se las arreglan para que un grupo de gente de cualquier parte del planeta se alíe para llevarlas a cabo. En estas líneas no está solamente mi vivencia con “Operación E”, está también la de todo un equipo que se empeñó, como pocas veces he visto, en sacar adelante un proyecto que a muchos de ellos tocaba de manera tan directa que hacía daño. Por desgracia necesitamos héroes, cada día más. Por fortuna, de vez en cuando, alguien en alguna parte del mundo logra salir de su realidad y se enfrenta al sistema haciéndonos creer que es posible.   

Esta es la historia de uno de ellos." 

Vayan a verla. Merece la pena.

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